Una gota cae a una laguna y se pierde allÃ. Por unos segundos, la gota se expande en leves ondas sobre la superficie del agua. Aumentó sus dimensiones superficialmente; la gota ya no era gota, era agua. HabÃa perdido identidad y ganado pertenencia. Esa gota no podÃa calmar la sed, ahora sà puede. La gota puede ser lágrimas, lluvia, rocÃo acumulado en el pétalo.
El fantasma sabe de las gotas pero no convida el secreto. Tal vez egoÃsta, camina lentamente al borde de la laguna. Su paso tiene la velocidad precisa para poder ver, con lujo de detalles, como llega la gota. Se sabe con un destino diferente, busca su identidad y hasta no encontrarla no tendrá pertenencia.
Es extraño esto último, buscar una identidad propia para poder ingresar a una identidad ajena, de más individuos, posiblemente con identidades distintas entre sÃ. Acaso sólo los une esa pertenencia a una Identidad mayor, esa necesidad de ser aprobados, de sentirse parte de algo. Pero pertenecer y ser son cosas distintas.
El fantasma busca su lugar para ser, su espacio, y también su tiempo para ser. No busca materializarse, su búsqueda consiste en pagar su culpa y partir; recién en ese momento podrá ser.
Mientras sea fantasma no podrá ser. TodavÃa está buscando, acaso ya ha pasado su momento y no se dio por enterado (quizás Ãntimamente no quiera pertenecer a esa gran Identidad), pero no lo sabe y confÃa en que pronto llegará ese momento. Mientras tanto, aún arrastra sus cadenas...
Lectura recomendada: La identidad: ese pálido fantasma por OrquÃdea Fong para KYA!
El fantasma sabe de las gotas pero no convida el secreto. Tal vez egoÃsta, camina lentamente al borde de la laguna. Su paso tiene la velocidad precisa para poder ver, con lujo de detalles, como llega la gota. Se sabe con un destino diferente, busca su identidad y hasta no encontrarla no tendrá pertenencia.
Es extraño esto último, buscar una identidad propia para poder ingresar a una identidad ajena, de más individuos, posiblemente con identidades distintas entre sÃ. Acaso sólo los une esa pertenencia a una Identidad mayor, esa necesidad de ser aprobados, de sentirse parte de algo. Pero pertenecer y ser son cosas distintas.
El fantasma busca su lugar para ser, su espacio, y también su tiempo para ser. No busca materializarse, su búsqueda consiste en pagar su culpa y partir; recién en ese momento podrá ser.
Mientras sea fantasma no podrá ser. TodavÃa está buscando, acaso ya ha pasado su momento y no se dio por enterado (quizás Ãntimamente no quiera pertenecer a esa gran Identidad), pero no lo sabe y confÃa en que pronto llegará ese momento. Mientras tanto, aún arrastra sus cadenas...
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